El 13 de noviembre de 2020 Marruecos rompió el alto al fuego establecido en 1991 con el Frente Polisario y volvió la guerra en el Sáhara Occidental. Desde entonces, la violación de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos y el expolio de recursos naturales del territorio saharaui se perpetúan. La explotación de recursos es una práctica ilegal condenada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, pero que la UE, estados miembros, como es el caso de España, y empresas siguen practicando incluso en el nuevo escenario de conflicto bélico.
La lucha que libra el pueblo saharaui por la autodeterminación y por su libertad sigue adelante cuarenta y cinco años después de la ocupación ilegal de su tierra, es por ello por lo que no merece ser olvidada.
LA HISTORIA DEL SÁHARA OCCIDENTAL
Durante siglos, quienes conforman actualmente el pueblo saharaui fueron nómadas en el desierto del Sáhara. Sin embargo, a partir del periodo de colonización de las grandes potencias europeas en el siglo XIX, el destino de África fue sentenciado en la Conferencia de Berlín. Europa se repartió unilateralmente el continente y dividió el territorio africano en colonias. España obtuvo de dicho reparto la extensión de desierto adyacente a la zona de Río de Oro, el Sáhara Occidental. Así, en 1957 este territorio se convirtió en una provincia del protectorado español. Los saharauis fueron sometidos a la autoridad colonial y a la explotación de los recursos de sus tierras.
Entre 1945 y 1970 se llevaron a cabo fuertes movimientos independentistas en África que desembocaron en una ola de descolonizaciones y la consecuente independencia de la gran mayoría de los países. En la década de los 60, el Comité para la Descolonización de las Naciones Unidas instó a España a iniciar la independencia del Sáhara Occidental. A pesar de acceder a la realización de un referéndum en 1967, España nunca llegó a organizarlo, ya que el territorio del Sáhara Occidental era objeto de disputa entre Mauritania y Marruecos. Ambos países reclamaron la posesión sobre el territorio.
En 1973, el pueblo saharaui materializó su lucha por la autodeterminación creando el Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro). El movimiento de liberación nacional tenía el objetivo de alcanzar la independencia del territorio que se encontraba todavía bajo el dominio español, siendo una de las últimas colonias de África.
En 1975, el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya condenó las pretensiones de Marruecos y Mauritania sobre el territorio del Sáhara Occidental, dictaminando que: “El Sáhara Occidental no tiene lazos de soberanía con Marruecos o Mauritania. Debe aplicarse, por tanto, el derecho de autodeterminación”.Ese mismo año, Marruecos organizó la denominada marcha verde; una marcha que supuestamente pacífica de miles de marroquíes cuyo fin era ocupar el territorio del Sáhara Occidental. Marruecos mantenía el objetivo de construir un gran imperio, lo que implicaba la soberanía y conquista del Sáhara Occidental. La invasión militar sobre el territorio se realizó en un periodo de gran inestabilidad española, por lo que la potencia administradora decidió firmar los Acuerdo Tripartitos de Madrid. Estos acuerdos se llevaron a cabo por los representantes de España, Marruecos y Mauritania, acordando la administración temporal entre los mismos del Sáhara Occidental. La realización del referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui nunca se llegó a realizar. España cedió el Sáhara Occidental a Marruecos, dando lugar a un conflicto que hoy en día sigue vigente.
En febrero de 1976, España decidió abandonar su autoridad en el territorio de Sáhara Occidental, retirando las tropas y abandonando a la población en la guerra que ya había comenzado en 1975. La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) se proclamó el día el 27 de febrero de 1976. La guerra enfrentó a la RASD, Marruecos y Mauritania. Esta última renunció a la parte del territorio que había ocupado en 1979 y reconoció la legitimidad del Frente Polisario y la RASD en 1984. Las hostilidades por parte de Marruecos perduraron hasta 1991. En el momento en el que tuvieron lugar bombardeos de napalm y fósforo, miles de saharauis se vieron con la obligación de huir a Tinduf (territorio cedido por Argelia situado en el suroeste del país), para buscar refugio. El área que engloba la provincia de Tinduf es una de las zonas más áridas del desierto, la Hamada, dificultando de manera extrema la autosuficiencia y supervivencia en esta.
Tinduf se convirtió en una zona de refugio a partir de la construcción de cinco campamentos y en el nuevo hogar de miles de saharauis que no podrían volver a su tierra legítima, debido a la construcción marroquí de un muro de 2700 kilómetros sembrado por más de siete millones de minas antipersona; el Muro de la Vergüenza. El Sáhara Occidental pasó a ser territorio administrado por Marruecos, siendo los territorios ocupados las zonas económicamente más productivas, donde la población saharaui vive bajo represión policial y sin garantía de derechos. Actualmente, el Frente Polisario controla el 35% del territorio del Sáhara Occidental, al este del Muro de la Vergüenza, donde también reside población saharaui en los denominados territorios liberados.
A nivel internacional, en 1979 la Organización para la Unidad Africana (OUA) reconoció el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y en 1984 se le concedió el estatus de estado miembro de pleno derecho al integrarse en la Unión Africana. En 1985, 61 países reconocieron la legitimidad de la RASD, y el Comité de Descolonización de Naciones Unidas reconoció el derecho la autodeterminación del Pueblo Saharaui. Actualmente, son 82 países los que reconocen la RASD, entre los cuales no se encuentra España. Tanto la ONU como la OUA instan a la negociación y solución del conflicto. Asimismo, durante el transcurso de la guerra y una vez finalizó la misma, se elaboraron diferentes planes y tratados internacionales para poner fin al conflicto bélico. Sin embargo, la falta de reconocimiento internacional de la RASD y el inmovilismo político siguen impidiendo la realización de un referéndum, y, por ende, el fin del conflicto saharaui.
Tras más de cuarenta años de silenciamiento del conflicto, de sufrimiento, de negación al derecho de autodeterminación y opresión, el pueblo saharaui sigue luchando por su legitimidad sobre el territorio ocupado por Marruecos.